martes, 12 de marzo de 2013

PROMESAS Y REALIDADES EN CUANTO A LA SEGURIDAD CIUDADANA




El lunes 11 de marzo , el  general Jorge Flores Goicochea , tomó posesión  del cargo de director general de la  Policía Nacional del Perú en reemplazo de Raúl Salazar, en una ceremonia en la Escuela de Oficiales.

En su discurso prometió que se iba a enfrentar con profesionalismo la inseguridad ciudadana  y manifestó que  acudirá cuantas veces sea necesario a la reflexión y la autocrítica para transformar sus debilidades en oportunidades y así mejoras el servicio policial y la seguridad ciudadana. Que la  inseguridad es un fenómeno social que agobia al país y pone un reto a la autoridad policial para enfrentarla corporativamente con inteligencia.

 El nuevo jefe policial manifestó, además, que continuará  con los importantes pasos iniciados por su antecesor, para así recuperar la capacidad operativa de la Policía.

Dejando de lado las promesas de un mundo mejor , al general Flores le espera grandes retos en la realidad  porque cualquiera se  da cuenta de que la delincuencia se ha adueñado de las calles y reina la inseguridad por todas partes, tal es así, que  después de dos del gobierno humalista,  la seguridad ciudadana sigue siendo la agenda perdida y no existe un plan estratégico nacional de seguridad ciudadana que sea eficaz.

Lo peligroso es que la ciudadanía y muchos alcaldes de la capital perciben de que la policía ha perdido su razón de ser porque no es eficaz y competente en lo que debe ser la razón de ser de su existencia : la seguridad ciudadana.

Existen distritos en donde los ciudadanos , cuando son víctimas de asaltos y robos, lo primero que hacen es reclamar la presencia del serenazgo porque simplemente han descartado de su mente la presencia de la policía. ¿Porqué no reclaman la presencia de la policía?


Responden que hace tiempo dejaron de reclamar ello porque la policía no acude al llamado de auxilio y cuando van a las comisarías, lo primero que piden es que se le eche un galón de gasolina para que el patrullero se mueva .

Esta situación es delicada porque cuando una institución no aparece en la mente de la ciudadanía ha dejado de ser necesario o competente .

Los ciudadanos de pie, aquellos que sobreviven todos los días y que son víctimas de la violencia criminal, piensan que el gobierno no cumple con su promesa de brindarle seguridad ciudadana.


Todavía hay mucho pan que rebanar porque el gobierno aún no cumple dos años  y se puede intentar concretizar lo que se prometía en plena campaña electoral de “convertir la seguridad ciudadana en política pública del Estado”

No  es suficiente adoptar medidas meramente efectivistas y marqueteras.


No existen planes de corto, mediano y largo plazo para atacar los problemas principales de seguridad ciudadana , las calles son de la delincuencia y los ciudadanos viven detrás de rejas, existen ciudades amuralladas como en el medioevo; en las carreteras del país, además de asaltar , violan a nuestras mujeres .


Para esconder la basura debajo de la alfombra aparece en los medios “ desarticulan 105 bandas en carreteras del país “, cuando sabemos que no es así porque la policía hace muchos años que perdió capacidad de reacción “ medida en tiempo”.

¿Qué interesante hubiese sido que la policía cuente con un plan de cinco minutos para prevenir y/o neutralizar este crimen, antes de que los dos sicarios lleven a cabo su misión?
Si así hubiese sucedido, la ciudadanía se hubiese dado cuenta que existe una policía "preventiva", que reacciona en función de la llamada de auxilio de los ciudadanos ; y lo más importante : acude en menos de cinco minutos .


La eficacia o capacidad de reacción de la policía , medida en tiempo , es lo que se ha perdido . todos quieren investigar, descubrir crímenes, capturar narcotraficantes, etcétera . Pero pocos quieren participar en lo que se conoce como POLICÍA PREVENTIVA.


Es oportuno implementar el plan de los cinco minutos como meta y adecuar la estructura orgánica en base a esta meta .


Si este plan es complementado con otro ( Educando al ciudadano en seguridad ciudadana ) , se le pone la cereza a la torta.



Los ciudadanos, aparte de que la policía no acude a su llamado y si lo hace , es al día siguiente, desconoce qué medidas de seguridad preventiva debe adoptar o cuál es la última modalidad de robo o asaltos al paso que viene ejecutando la delincuencia por el barrio o distrito .

Esa labor debe ser el CONASEC. Coordinar y establecer convenios con los medios de comunicación ( radios y TV ) para difundir las medidas de prevención en cuanto a seguridad ciudadana, enfocando principalmente en los delitos que han adquirido dimensión y constituyen amenazas .

¿Será por esto - así lo dice las encuestas últimas- que el 80% de los limeños se sienten inseguros en las calles de la capital ?

¿Esta será la razón por la cual, la ciudadanía percibe que el  ministro del Interior y el Premier , son  incompetentes en el tema de seguridad ciudadana?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡QUE FELICIDAD, YA TENEMOS SEGURIDAD Y ORDEN!

En un abrir y cerrar de ojos se acabaron nuestras preocupaciones. ¡Qué felicidad! Por fin estamos optimistas y jubilosos de que ya tenemos seguridad, orden, tranquilidad y bienestar social. Ya podemos caminar con el celular en la mano, entrar y salir del banco con una sonrisa de oreja a oreja, cruzar la calle con la convicción de que el peatón tiene la preferencia, se acabaron los ruidosos sonidos de los claxon, los seguimientos de los marcas, los cúmulos de basura en las esquinas, los taxistas asaltantes, las pandillas, la micro comercialización de drogas, los rompe vidrios, la caca de perro en las veredas, los pirañitas, los huecos de las pistas, la amargura de los vecinos, la carrera de las combis, el tráfico desordenado, los semáforos malogrados, el humo tóxico de los vehículos, las calles congestionadas, la toma de pistas y carreteras, los niños abandonados, los pordioseros, la informalidad, la piratería, la corrupción; en fin, el desorden y el caos, ¡por fin se acabo!

¡Qué felicidad! ¡Ahora sí tenemos una Policía preparada y bien uniformada de acuerdo al clima y al medio en que se desenvuelve!, ¡hoy sí confiamos en el agente de la ley porque está bien remunerado y tiene como consigna principal socorrer a su colectividad! ¡Se acabaron los tiempos en que el policía prestaba servicios individuales en burdeles, carnicerías, parrilladas, anticuchadas, mercaditos, puestitos y tienditas! ¡Qué bien me siento porque ahora sé que tengo una policía moderna, equipada, optimista, con mística y deseos de servir a su prójimo! ¡Qué alegría observar el modernísimo hospital de policía y saber de que sus familiares están bien atendidos! ¡Qué orgulloso me siento que el nuevo Director de la Policía, disciplinada y profesionalmente, haya hecho públicamente sus requerimientos para potenciar a la institución y especializar a sus hombres! Por fin, el director general llamó a todos los generales, oficiales y suboficiales de la policía a unir sus voces y renovar su juramento como un solo puño, expresando: ¡Presente Perú!

Y toda esta maravilla porque se fue Salazar. Se fue, vociferando y gritando sus miedos y temores que lo acompañarán hasta cuando se muera. Ahora se dará cuenta de que sólo estuvo rodeado de sombras y espectros humanos. No lo juzgo. No soy nadie para juzgar y también tengo cincuenta mil errores…y quizá más, de que arrepentirme, pero, solo una cosa es clara: Tuvo la oportunidad de expresar claramente cómo se encuentra la institución, qué debe hacerse necesariamente para mejorarla y exigir lo exigible por el bien de sus hombres y no ser el pelele de un gobierno.

Ruego que el General Flores le diga al gobierno las cosas claras desde un primer momento, o si no, con el honor que es su divisa, dé voluntariamente un paso al costado y deje precedentes de que el cambio debe y tiene que ir acompañado de la partida presupuestal vital y necesaria. Caso contario, más de lo mismo y otra vez comenzará el circo de los medios de comunicación.
Atte.
Luis F. Yunis H.





Anónimo dijo...

¡QUE FELICIDAD, YA TENEMOS SEGURIDAD Y ORDEN!

En un abrir y cerrar de ojos se acabaron nuestras preocupaciones. ¡Qué felicidad! Por fin estamos optimistas y jubilosos de que ya tenemos seguridad, orden, tranquilidad y bienestar social. Ya podemos caminar con el celular en la mano, entrar y salir del banco con una sonrisa de oreja a oreja, cruzar la calle con la convicción de que el peatón tiene la preferencia, se acabaron los ruidosos sonidos de los claxon, los seguimientos de los marcas, los cúmulos de basura en las esquinas, los taxistas asaltantes, las pandillas, la micro comercialización de drogas, los rompe vidrios, la caca de perro en las veredas, los pirañitas, los huecos de las pistas, la amargura de los vecinos, la carrera de las combis, el tráfico desordenado, los semáforos malogrados, el humo tóxico de los vehículos, las calles congestionadas, la toma de pistas y carreteras, los niños abandonados, los pordioseros, la informalidad, la piratería, la corrupción; en fin, el desorden y el caos, ¡por fin se acabo!

¡Qué felicidad! ¡Ahora sí tenemos una Policía preparada y bien uniformada de acuerdo al clima y al medio en que se desenvuelve!, ¡hoy sí confiamos en el agente de la ley porque está bien remunerado y tiene como consigna principal socorrer a su colectividad! ¡Se acabaron los tiempos en que el policía prestaba servicios individuales en burdeles, carnicerías, parrilladas, anticuchadas, mercaditos, puestitos y tienditas! ¡Qué bien me siento porque ahora sé que tengo una policía moderna, equipada, optimista, con mística y deseos de servir a su prójimo! ¡Qué alegría observar el modernísimo hospital de policía y saber de que sus familiares están bien atendidos! ¡Qué orgulloso me siento que el nuevo Director de la Policía, disciplinada y profesionalmente, haya hecho públicamente sus requerimientos para potenciar a la institución y especializar a sus hombres! Por fin, el director general llamó a todos los generales, oficiales y suboficiales de la policía a unir sus voces y renovar su juramento como un solo puño, expresando: ¡Presente Perú!

Y toda esta maravilla porque se fue Salazar. Se fue, vociferando y gritando sus miedos y temores que lo acompañarán hasta cuando se muera. Ahora se dará cuenta de que sólo estuvo rodeado de sombras y espectros humanos. No lo juzgo. No soy nadie para juzgar y también tengo cincuenta mil errores…y quizá más, de que arrepentirme, pero, solo una cosa es clara: Tuvo la oportunidad de expresar claramente cómo se encuentra la institución, qué debe hacerse necesariamente para mejorarla y exigir lo exigible por el bien de sus hombres y no ser el pelele de un gobierno.

Ruego que el General Flores le diga al gobierno las cosas claras desde un primer momento, o si no, con el honor que es su divisa, dé voluntariamente un paso al costado y deje precedentes de que el cambio debe y tiene que ir acompañado de la partida presupuestal vital y necesaria. Caso contario, más de lo mismo y otra vez comenzará el circo de los medios de comunicación.
Atte.
Luis F. Yunis H.

Anónimo dijo...

¡QUE FELICIDAD, YA TENEMOS SEGURIDAD Y ORDEN!

En un abrir y cerrar de ojos se acabaron nuestras preocupaciones. ¡Qué felicidad! Por fin estamos optimistas y jubilosos de que ya tenemos seguridad, orden, tranquilidad y bienestar social. Ya podemos caminar con el celular en la mano, entrar y salir del banco con una sonrisa de oreja a oreja, cruzar la calle con la convicción de que el peatón tiene la preferencia, se acabaron los ruidosos sonidos de los claxon, los seguimientos de los marcas, los cúmulos de basura en las esquinas, los taxistas asaltantes, las pandillas, la micro comercialización de drogas, los rompe vidrios, la caca de perro en las veredas, los pirañitas, los huecos de las pistas, la amargura de los vecinos, la carrera de las combis, el tráfico desordenado, los semáforos malogrados, el humo tóxico de los vehículos, las calles congestionadas, la toma de pistas y carreteras, los niños abandonados, los pordioseros, la informalidad, la piratería, la corrupción; en fin, el desorden y el caos, ¡por fin se acabo!

¡Qué felicidad! ¡Ahora sí tenemos una Policía preparada y bien uniformada de acuerdo al clima y al medio en que se desenvuelve!, ¡hoy sí confiamos en el agente de la ley porque está bien remunerado y tiene como consigna principal socorrer a su colectividad! ¡Se acabaron los tiempos en que el policía prestaba servicios individuales en burdeles, carnicerías, parrilladas, anticuchadas, mercaditos, puestitos y tienditas! ¡Qué bien me siento porque ahora sé que tengo una policía moderna, equipada, optimista, con mística y deseos de servir a su prójimo! ¡Qué alegría observar el modernísimo hospital de policía y saber de que sus familiares están bien atendidos! ¡Qué orgulloso me siento que el nuevo Director de la Policía, disciplinada y profesionalmente, haya hecho públicamente sus requerimientos para potenciar a la institución y especializar a sus hombres! Por fin, el director general llamó a todos los generales, oficiales y suboficiales de la policía a unir sus voces y renovar su juramento como un solo puño, expresando: ¡Presente Perú!

Y toda esta maravilla porque se fue Salazar. Se fue, vociferando y gritando sus miedos y temores que lo acompañarán hasta cuando se muera. Ahora se dará cuenta de que sólo estuvo rodeado de sombras y espectros humanos. No lo juzgo. No soy nadie para juzgar y también tengo cincuenta mil errores…y quizá más, de que arrepentirme, pero, solo una cosa es clara: Tuvo la oportunidad de expresar claramente cómo se encuentra la institución, qué debe hacerse necesariamente para mejorarla y exigir lo exigible por el bien de sus hombres y no ser el pelele de un gobierno.

Ruego que el General Flores le diga al gobierno las cosas claras desde un primer momento, o si no, con el honor que es su divisa, dé voluntariamente un paso al costado y deje precedentes de que el cambio debe y tiene que ir acompañado de la partida presupuestal vital y necesaria. Caso contario, más de lo mismo y otra vez comenzará el circo de los medios de comunicación.
Atte.
Luis F. Yunis H.